COCINA
Hoy en día el Aceite de Oliva Virgen forma parte de un cierto arte de vivir, y se ha convertido en uno de los signos de la cocina de calidad. Sus virtudes en la cocina, se resumen en las siguientes:
- Da sabor, aroma y color.
- Modifica las texturas.
- Transmite el calor.
- Integra los alimentos.
- Personaliza e identifica un plato.
El aceite de oliva virgen extra, como pilar indiscutible de la dieta mediterránea, se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestra cocina, pudiendo consumirse de distintas formas:
- En crudo: el aceite de oliva virgen extra conserva todo el aroma y sabor, por lo que se recomienda su uso en ensaladas, salsas, aderezos en verduras, rociado en pan o tostadas, e incluso sobre ahumados con aceitunas de mesa, carnes, embutidos, …
- En aliños: el aceite se ha convertido en el principal condimento de las ensaladas, no solamente por su sabor y aroma, sino también porque cubre con una capa los ingredientes de la ensalada evitando que otros aliños (sal, vinagre, zumo de limón) penetren en dichos ingredientes.
- En rehogados y guisados: A fuego lento y baja temperatura, la cocción se realiza con el vapor que desprenden las carnes, las verduras y el líquido que se les añade. De esta forma, los sabores se mantienen y los aromas se concentran en la cocción. El aceite de oliva virgen mantiene todas sus propiedades, especialmente con legumbres y verduras.
- En asados al horno: Debido a que las temperaturas, en especial para las carnes, suelen ser bastante altas, el aceite de oliva, por su estabilidad (debido a su contenido oleico), es el más adecuado.
- En asados a la plancha o a la brasa: El aceite de oliva ayuda a asar los alimentos, impidiendo que se “peguen”, contribuyendo además a que la grasa propia del alimento salga y dé su propio sabor. En la brasa se puede aromatizar con hierbas, y para conservar mejor el sabor, se debe añadir el aceite al final.
- En las frituras: El aceite de oliva, por sus cualidades físicas y químicas, es el aceite que mejor soporta las altas temperaturas sin descomponerse y dar lugar a sustancias irritantes.
El aceite de oliva virgen es la más estable de las grasas vegetales y animales, ya que es más rico en ácido oleico, vitamina E y polifenoles que lo protegen de la oxidación (enranciamiento). Además, no produce reacciones tóxicas cuando se le somete a fritura. Más bien todo lo contrario, mejora las cualidades gastronómicas de los alimentos. Al freír, forma una capa fina y consistente alrededor del producto, que impide que absorba más aceite y permite retener todos los jugos. Además el aceite de oliva “crece” en sartén, por lo que es un referente en nuestra economía.
Además, el aceite de oliva es él mas adecuado, él más ligero y él más sabroso para las frituras. Además, si la fritura se hace correctamente, el aceite de oliva es el que impregna menos grasa al alimento.